Mis Libros

La Familia y La Ley

Conflictos-transformaciones (Perspectiva Psicosocial)

María Fernanda Rivas - Ediciones La Rocca

En los últimos años hemos sido testigos de importantes cambios en relación a las leyes que rigen a las familias y a las parejas. En esta línea se inscriben la ley de matrimonio igualitario, la ley de identidad de género, los artículos correspondientes a las “relaciones de familia” que integran las modificaciones al Código Civil y Comercial de la Nación y los actuales debates en torno a las modificaciones al régimen penal juvenil, entre otros. Son tiempos de creación de nuevos paradigmas en las formas de concebir los vínculos humanos. Sin darnos cuenta, vamos viendo desde perspectivas diferentes construcciones como el matrimonio y el divorcio, las relaciones entre los “ex” y entre padres e hijos, la filiación, etc. Este libro intenta dejar abierto un camino para la investigación y el debate acerca de las problemáticas que involucran a la familia y la ley. Cuenta con prólogos de dos profesionales de reconocida trayectoria, cada uno en su campo: Alberto Cabral (psicoanalista), quien coloca su mirada en la interfase entre el Derecho y el Psicoanálisis y Marisa Herrera (abogada), quien aporta, entre otras cosas, su interesante perspectiva de las “nuevas subjetividades” en relación a la maternidad/paternidad y la filiación.
Se trata de un recorrido que investiga los afectos que se juegan en el estar en juicio, tanto desde la perspectiva de los pacientes como desde la de los profesionales que intervienen en estos casos. Algunos de los capítulos son ampliaciones de publicaciones o material de disertaciones o clases pertenecientes al ámbito del Psicoanálisis, del Derecho o de la interdisciplina entre ambas ciencias. Pretende, por tanto, ser de utilidad para quienes desarrollan su labor dentro de estas áreas. Se procura, además, en cada capítulo, la ejemplificación de la teoría a través de la articulación con casos. Se divide en dos partes: I) “Conflictos familiares” y II) “Transformaciones familiares”. Entre los conflictos familiares se abordan problemáticas como el divorcio conflictivo, la violencia entre los miembros de la pareja y entre los padres y los hijos, los fenómenos de desconocimiento y rechazo entre ellos, el odio, la venganza, lo imperdonable y el perdón. Se incluyen también el abuso sexual intrafamiliar y el filicidio -cuestiones de mucha actualidad y de difícil abordaje-. Se describen las emociones y fantasías que se activan en el encuentro entre dos instituciones como la Familia y la Justicia. Se esbozan, además, algunas ideas para ilustrar lo movilizante que resulta para las personas transcurrir por procesos de esta índole ante la posible pérdida de objetos de sostén (“posesiones narcisistas”) como el logro de una alianza matrimonial, los hijos, los bienes, etc. También se aborda la inquietud que representa para los profesionales, recibir a un sujeto o familia involucrado en un litigio de este tipo, ya que el ingreso del caso en el circuito judicial implica la apertura a una dimensión en la que la mirada de la justicia actuará sobre la dupla terapeuta-paciente.  Un recorrido por algunos tramos de historia –estudiados por el psicoanálisis y la antropología- nos permite reconstruir la arqueología de la familia en su relación con la ley. Desde esta perspectiva se deduce que entre la gran cantidad de consecuencias que el pasaje de la endogamia a la exogamia tiene para el individuo, hallamos también un movimiento psíquico que representa el “sentirse con derecho a” formar una familia. Cuando algunos sujetos, por diversas circunstancias, sienten vulnerado este derecho, requieren de la intervención de la Justicia. Pero las problemáticas que aquí se toman en consideración evidencian la dificultad de trabajar desde disciplinas aisladas, ya que además de la necesidad de una labor terapéutica, se trata de restaurar la función de la ley dentro de la familia. Aquí, el orden jurídico y el saber del psicoanálisis se convocan mutuamente. Se desarrollan algunas perspectivas de los recursos técnicos utilizados para abordar estos conflictos: los procesos de “revinculación”, los tratamientos por orden judicial (que incluyen la clínica con pacientes en estado de “emergencia afectiva”) y la pericia psicológica. Dentro de las transformaciones familiares se menciona la reciente creación y modificación de leyes relativas a las relaciones de familia y se desarrolla su incidencia en el imaginario familiar y social. Se alude a las nuevas estructuras familiares invitando a pensar al lector en las hojas de ruta que deberemos utilizar para acompañar estos cambios en las vicisitudes de los vínculos humanos. Cada capítulo contiene una o varias preguntas: ¿Qué sucede cuando la familia ingresa en el circuito judicial? ¿Cómo se transforma lo familiar en siniestro?¿Pueden enfermarse los vínculos? ¿Cómo pasa una familia del conflicto al litigio? ¿Se pueden restaurar lazos familiares por orden judicial?¿Es posible que lo extraño o siniestro devenga familiar a partir de una intervención impulsada por la justicia? ¿Existe el odio maternal? ¿Quiénes son “los malos” en estos litigios? ¿Hacia dónde va la familia? ¿Se puede ser fiel “por mandato”? ¿La familia construye a la ley o la ley construye a la familia?… En un mundo en transformación, en el que los vínculos humanos se complejizan permanentemente, respecto de los cuales ninguna disciplina puede arrogarse el conocimiento de la “verdad absoluta”, ni la certeza de la cura o la “normalidad”, ni el hallazgo de la solución “ideal”, es mi intención seguir contribuyendo con reflexiones e interrogantes, para acompañar la evolución de la familia y la ley.

Familias A Solas

Entre el duelo y la resiliencia, una mirada psicoanalítica

María Fernanda Rivas - Logos Kalós

El mundo que se presenta frente a nosotros, hoy más que nunca, es un mundo complejo. Para comprender los fenómenos que se dan en las familias, las parejas y la sociedad debemos utilizar el paradigma de la complejidad, en contraposición al de la simplicidad. Y la complejidad -al decir de Edgar Morin- “…se presenta con los rasgos inquietantes de lo enredado, de lo inextricable, del desorden, la ambigüedad, la incertidumbre…” Esto nos lleva a pensar en el contexto -la trama socio-histórica en la cual el sujeto está inmerso- como parte de las condiciones de producción de subjetividad, además del procesamiento único que cada persona pueda hacer de estas vicisitudes . Implica considerar los lazos actuales y los acontecimientos disruptivos como parte de la constitución subjetiva. Es decir, lo contrario de concebir a los psiquismos como creados a partir de marcas producidas únicamente en el pasado -en el entorno primario- y cerrados a nuevas inscripciones. Desde esta perspectiva -y en aras de superar binarismos empobrecedores- no sería lo histórico “o” lo actual, sino lo histórico “y” lo actual. Lo mismo sucede con lo intersubjetivo y lo intrapsíquico, o con lo externo y lo interno. Reitero: no es “o”, es “y”. Se trata de proveer un diván para la familia , de construir vincularidad en el mismo sentido que se dice, por ejemplo, “crear psiquismo”. Una de las funciones del analista de familia y pareja es contribuir al tejido de un entramado en el que las personas puedan sentirse alojadas y posibilitar nuevas inscripciones psíquicas. Este “alojamiento”, según la experiencia de los últimos tiempos parecería no depender exclusivamente de que las sesiones se desarrollen dentro del consultorio ni de la cercanía física entre analista y pacientes. Interactuando con la familia en pantalla -así como cuando la vemos en presencia- nos encontramos con “vínculos subjetuales” al decir de Anna Nicoló . Existe una diferencia entre trabajar con el marco de la teoría de las “relaciones objetales” (que muestra la relación del sujeto con sus propios objetos “internos”) y con la idea de “vínculos subjetuales”, es decir, vínculos entre sujetos, en los que se dan procesos de intercambios psíquicos con un otro, distinto del de las proyecciones mutuas. En una etapa de la Humanidad sumamente convulsionada, hemos encontrado a las familias a solas, entre el duelo y la resiliencia, creciendo, sufriendo, en “guerra”, jugando, soñando y sobre todo, creando herramientas para afrontar una nueva realidad. Quienes abordamos estas vicisitudes de la vida vincular desde el psicoanálisis sin duda necesitamos seguir trazando hojas de ruta para acompañarlas.